Los ojos de la Unesco declararon a San Miguel de Allende patrimonio cultural del mundo y el mejor lugar para vivir. No por que sí es un sitio inspirador, lo dicen los ojos que lo ven en especial los de Lourdes Berbeyer que capturó los ojos de la esencia, un “yo” hecho magia a través de los siglos de existencia. Mis ojos se cruzaron con los de la artista plástica y me atrapo en un laberinto del tiempo plasmado en sus cuadros titulado “Las miradas de Mi Tierra”. Los ojos pintados no son más que el espejo de la sabiduría ancestral que nos llega hoy gracias a esa constancia de siglos en sostener la esencia en la Tierra, esa capacidad única de saberse dueños de un lugar en el mundo que tan sólo algunos privilegiados pueden sentirlo. Los rostros luminosos son la expresión misma de lucidez mental y luz interior que refleja la luminosidad en las manos por que estas pueden crear desde un profundo sentido de si mismo. Lourdes Berbeyer se embarcó en una extraordinaria aventura al buscar en éstas imágenes el mundo mágico que permite ser feliz al ser humano más allá de los parámetros convencionales y los pintó para mostrar que es posible encontrar un lugar y hacer de éste el territorio que nos represente y nos identifiquen. Ojos profundos, rostros luminosos, sonrisas contagiosas, manos que brillan por sí mismas, globos cargados de sueños pasados y futuros, muñequitas cuyas trenzas no son más que las trenzas del tiempo, nos invita a trasmutar nuestro espíritu en lo más hondo de nuestro ser.
Patricia Dajruch - Poeta Argentina